viernes, 29 de octubre de 2010

Ser madre...


Madre... vientre entretejido en simiente,
eso es después de ser
la ardiente mujer.
Senos que crecen al mismo tono
que el nido...donde se encuentra
el aun no nacido poema de amor.
Así se agitan los días,
entre mareos y menesteres
visitas que hacen de la espera un comparecer.
Al tiempo al gran día acudes
ala cita donde jadeante recibes
el mas valioso don.
el sórdido grito en llanto se convierte
y escuchas"aquí estoy ".
creciendo tu ansiedad y ambición. no tarda pronto en convertirse
en locura cuando la pequeña criatura,
se sacia de tu ser.
del fruto que de tus pechos brota
cuan sabia naturaleza la vida
nos dota, Mujer, madre...
así le escucharas cuando te hable
y acuda en busca del
hálito inconfundible que te dio menester...
o cuando las risas se convierten en llanto
y con el analgésico de tus besos curas todo dolor.
Vigilante día tras día en enfermedades y alegrías,
el titulo de madre no en vano te lías.
Hay hijos de vientre y simiente,
pero hay otros que sin haberlos concebido
son también lo mas querido
Niños grandes que además de ser
sus mujeres amantes y amigas
nos convertimos también en sus madres.
Como le suelo decir, no te he sido tu madre,
pero te conozco como si te hubiese parido
entonces puedo citar sin vergüenzas
ni premuras que madre he sido
 y no se olvida una del hijo que ha tenido

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